Eso me hacía preguntarme cada tarde por el sentido de la existencia, asombrarme de la fugacidad y fragilidad del ser humano, darle vueltas, con Leibniz, a por qué existe algo (el universo) en vez de no existir nada. Es donde comencé con el consumo de una amplia variedad de benzodiacepinas.
– Sergio C. Fanjul, astrofísico, en
Cómo el sol engullirá la tierra
y otras realidades aterradoras del Universo
Relacionado: