Ni gafas de cartón, ni gafas de realidad virtual, ni gafas anaglíficas, con láminas de color azul y rojo, ni gafas con obturador ni polarizadas. En lugar de todo eso la pantalla Volume de Looking Glass Factory es como una tele de nuestros padres, pero con la pequeña diferencia de que muestra contenido tridimensional desde diferentes ángulos, sin necesidad de ponerse un cacharro en la cara.
La pantalla está formada en realidad por varias láminas traslúcidas superpuestas que reciben la imagen, la luz, procesada y convenientemente loncheada desde un proyector situado horizontalmente en la parte inferior. Esto proporciona imágenes con volumen o con profundidad, aunque lo cierto es que por ahora la imagen resulta poco luminosa y apenas tiene nitidez ni contraste. Resulta incluso u poco retro, de la primera época de las teles de tubo.
De momento la pantalla Volume está disponible para desarrolladores por unos mil euros.
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