En The Telegraph, World's first zero-emissions hydrogen train to go into service in Germany,
El tren utiliza el hidrógeno almacenado en un tanque situado en el techo para obtener la electricidad a través de una pila o célula de combustible. Al circular el tren únicamente emite algo de vapor de agua, con un bajo nivel de ruido. Según Almtom, la capacidad del depósito de hidrógeno proporciona al tren una autonomía de 800 km a 140 km/h [con 300 pasajeros].
El Coradia iLint de Alstom es el primer tren que utiliza el hidrógeno para obtener electricidad. El tren es similar a cualquier otro tren eléctrico, pero prescinde de la catenaria y del pantógrafo que suministran electricidad a los trenes convencionales.
En Alemania todavía hay más de 4000 trenes que funcionan con motor diésel y que por tanto producen emisiones contaminantes; el tren de Alstom, de emisiones cero, está pensando para sustituir a las máquinas diésel eliminando la necesidad, y el coste, de electrificar cientos de kilómetros de vía de rutas regionales o de cercanías.
El principio de funcionamiento de este tren es el mismo que el del Honda FCX Clarity. La pila de combustible produce electricidad por la reacción química que se produce al juntar el oxígeno del aire y el hidrógeno almacenado en los tanques del tren o hidrorail, término acuñado para la ocasión. La electricidad producida se almacena en baterías, que son las que suministran electricidad al sistema de propulsión del tren.
Al utilizar hidrógeno como vector energético el repostaje del Coradia iLintes es similar en tiempo y forma al repostaje de combustible diésel, cuestión de minutos y no de horas como sucede con los vehículos eléctricos enchufables.
El único pero está en cuál sea el proceso para obtener el hidrógeno utilizado por el hidrorail. La producción de hidrógeno “barato” normalmente implica el uso de combustibles fósiles como el petróleo y el gas natural, aunque hay otros métodos más o menos eficientes y costosos.
Aunque se puede obtener hidrógeno por electrolisis —usando electricidad— este es un proceso que requiere grandes cantidades de energía en proporción, y que por tanto es poco eficiente: la electricidad necesaria para la electrolisis es mayor que la electricidad que se podrá obtener después del hidrógeno producido. Esto es algo que se podría «resolver» con el uso de energías renovables por las cuales Alemania lleva años apostando.