Así,
Cambio de la batería en el Galaxy Note II.
Aunque se desconoce cuál será el destino de más de 2,5 millones de móviles Galaxy Note 7 defectuosos, lo que está claro es que Samsung tiene que deshacerse de una cosecha de móviles entera.
Eso a pesar de que el problema es de un único componente, que además es una pieza independiente del resto. Peor aún, Samsung tiene que deshacerse, y probablemente destruir, una muy buena cosecha de móviles a juzgar por el par de semanas que tuve ocasión de utilizar el Galaxy Note 7 antes de su retirada. Si hubiera podido me habría quedado con uno.
En Samsung's Biggest Mistake Adam Minter hace notar que el episodio del Note 7 —costoso para Samsung y molesto para sus clientes— es consecuencia de una preocupante tendencia entre los fabricantes a comercializar productos que no son fácilmente reparables, «algo que ha perjudicado a los consumidores y al medio ambiente durante años y que ahora se ha demostrado que perjudica también a los propios fabricantes.»
En 2006 Apple tuvo un problema similar con las baterías de los MacBook Pro de 15 pulgadas, que era entonces el ordenador que yo usaba. Y aunque su batería no se quemaba era necesario cambiarla, por el motivo que fuera.
Entonces el proceso fue rápido e indoloro: Apple te enviaba una batería nueva a casa. La batería original se sacaba del MacBook sin necesidad de abrir el ordenador, desde fuera y con un clic, y la nueva se colocaba igual de fácil. Después un mensajero enviado por Apple venía a recoger la batería original y el caso quedaba cerrado y olvidado en cuestión de minutos.
Aquel ordenador de 2005 no hubo que destruirlo y todavía hoy funciona. Pero también es verdad que si mi actual MacBook tuviese un problema de batería similar al que tuvo aquel MacBook Pro esta historia sería bien distinta, porque la batería de los MacBook —como la de otros muchos ordenadores portátiles— ya no se puede sacar.