Scribb, de la diseñadora multimedia Mylène Dreyer, es un sencillo videojuego que explora un interfaz mixto, que combina el uso del ratón y de trazos hechos con papel y rotulador.
El jugador debe dibujar trazos y zonas negras con un rotulador, sobre el papel, los cuales son detectados por el ratón que incorpora un sensor óptico. El jugador debe por tanto manejar al mismo tiempo la posición del ratón y también la superficie por la que éste se desplaza. Esta combinación altera nuestra forma de cambiar de los digital a lo analógico. El ratón cambia su función habitual y ya no es sólo una extensión de la mano, sino que también es un objeto físico influenciado por el entorno.