Fotografía: NASA.
“Nada dura eternamente”, dice el astrónomo Glenn Orton. Y la hasta ahora conocida como la Gran Mancha Roja de Júpiter (GMR), un vórtice anticiclónico comparable a una enorme tormenta, no va a ser la excepción.
Según explica Orton en Business Insider “la GMR lleva mucho tiempo reduciendo su tamaño. A finales de 1800 la tormenta tenía un tamaño equivalente a cuatro veces el diámetro de la Tierra. Para cuando la Voyager 2 sobrevoló Júpiter, en 1979, la tormenta medía poco más del doble de la anchura de nuestro planeta. Y ahora su tamaño sólo es 1,3 veces el tamaño de la Tierra,” apenas un 30 por ciento más grande.
El primer registro que se tiene de la GRM es del año 1645, así que la tormenta lleva unos cuantos cientos de años en activo. Comparativamente la tormenta terrestre más larga de la que se tiene constancia, el huracán John de 1994, duró “apenas” 31 días. “La Tierra no deja que las tormentas duren cientos de años ya que, a diferencia de Júpiter, su atmósfera no mide decenas de miles de kilómetros, por lo que la dinámica de la atmósfera terrestre está muy influenciada por la superficie, como los océanos y la tierra. En comparación la Tierra también es relativamente pequeña y gira más lentamente que Júpiter.”
El tamaño de la GMR se reduce al ritmo de unos 1000 kilómetros por año y, aunque realmente no se sabe si llegará a desaparecer del todo, el astrónomo Glenn Orton cree que a la GMR le quedan entre diez y veinte años, como mucho, antes de convertirse en un mero círculo rojo, para después desaparecer de forma parecida a lo que ha sucedido con la Gran Mancha Oscura de Neptuno: de aspecto similar a la Gran Mancha Roja de Júpiter, la mancha de Neptuno tenía el mismo tamaño que la Tierra cuando fue fotografiada por la Voyager 2 en 1989, pero desapareció por completo cuando el telescopio espacial Hubble intentó fotografiarla en 1994.
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