El Tesla Roadster de Elon Musk recientemente puesto en órbita por el primer Falcon Heavy no es el primer coche eléctrico que enviamos al espacio, sino el cuarto, como bien recordaba Charlie Stross. Los otros tres son los rover del programa Apolo, que llevan ya más de 40 años aparcados en la Luna. Menos mal que allí no hay ordenanzas reguladoras del aparcamiento, que nosotros sepamos.
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