La quinta misión del avión espacial no tripulado Boeing X-37B comenzaba con su lanzamiento a las 16:00 del 7 de septiembre de 2017, hora peninsular española. Como es habitual se trata de una misión con objetivos «clasificados», aunque oficialmente el X-37B es utilizado por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos oficialmente para probar tecnologías asociadas al desarrollo de una aeronave no tripulada y reutilizable de uso militar.
Las misiones anteriores duraron 224 días y 9 horas, 468 días y 14 horas, 674 días y 22 horas y 717 días y 20 horas pero no es público tampoco cuando terminará esta quinta misión, que puede ir para nuevo récord, aunque eso también puede depender de los resultados de los experimentos que lleve a bordo.
El lanzamiento se produjo desde de la plataforma de lanzamiento 39A del Centro Espacial Kennedy y corrió a cargo, por primera vez en la historia del X-37B, de un Falcon 9 de SpaceX, que no sólo funcionó a la perfección colocando al X-37B en órbita sino que además fue capaz de cumplir con la misión secundaria del lanzamiento, la de recuperar la primera etapa, que en este caso aterrizó en la plataforma de Cabo Cañaveral a los ocho minutos del despegue.
El Falcon 9 utilizado era nuevo, pero el aterrizaje de su primera etapa coloca el índice de éxitos de SpaceX en esto en dieciséis de veinte, de los que éste hace el decimosegundo consecutivo con éxito. En total van nueve en las barcazas autónomas y siete en tierra.
Y todo esto con el huracán Irma viniéndoseles encima. Lo hacen parecer fácil, pero es rocket science.
Eso sí, ahora que SpaceX parece tener controlada la técnica le queda demostrar la viabilidad económica de lo de recuperar las primeras etapas de sus cohetes.