United 1: Ese Air Canada ha pasado volando justo sobre nosotros.
Controlador: Si, tío, ya lo he visto.
La historia del piloto de Air Canada que estuvo a punto de aterrizar su A320 en una pista de rodaje ocupada en ese momento por cuatro aviones de pasajeros lleva varios días circulando por ahí —el incidente, bajo investigación, sucedió el pasado día 7—, pero estos gráficos realizados por The Mercury News dan una idea mucho mejor de la gravedad del asunto.
Muchos consideran que si llega a producirse podría haber sido el peor accidente en la historia de la aviación: más 1000 pasajeros estuvieron muy cerca del peligro a causa a esta maniobra.
El incidente tuvo lugar en el aeropuerto de San Francisco cuando el Airbus A320 del vuelo 759 de Air Canada, procedente de Toronto con 140 pasajeros a bordo, inició la maniobra de aterrizaje en la pista de rodaje, en lugar de en la pista de aterrizaje, un error parecido al de Harrison Ford pero de proporciones épicas: en la pista de rodaje —que discurre paralela a la pista principal, la “de verdad”— estaban esperando para despegar un Boeing 787 de United Airlines (UAL1) con destino a Sydney, lleno de pasajeros y de combustible; un Airbus A340 de Philippine Airlines (PAL115) con capacidad para 277 pasajeros y otros dos Boeing 787 de United Airlines (UAL863 y UAL1118) ambos con capacidad para más de 300 pasajeros, también listos para despegar.
El punto rojo es el Airbus A340 de Air Canada que estuvo a punto de tomar tierra en una pista de rodaje ocupada por cuatro aviones que estaban listos para despegar.
En su maniobra de aterrizaje errónea el Airbus de Air Canada sobrevoló primero el Boeing de United Airlines a unos 50 metros, sobre él, después sobrevoló el Airbus 340 Philippine Airlines a unos 32 metros. Teniendo en cuenta que un A340 mide casi 17 metros de alto el de Air Canada pasó a unos escasos 8 metros sobre el de Philippine Airlines.
Justo entre el espacio libre de aviones que quedaba entre el Airbus de Philippine Airlines y los dos Boeing de United el A320 de Air Canada abortó el aterrizaje y levantó el vuelo (motor y al aire). Logró alcanzar los 50 metros justo antes de llegar al siguiente Boeing y los 64 metros cuando pasó sobre el último de ellos, salvando los muebles —léase, la vida de cientos de personas— en el último momento.