El vehículo HiFIRE es un vehículo hipersónico diseñado para volar a ocho veces la velocidad del sonido (Mach 8). De llegar a desarrollarse supondría el inicio de los vuelos a velocidad hipersónica, entre 6.150 y 12.300 km/h (de Mach 5 a Mach 10). O lo que es lo mismo: viajar desde Londres a Sydney en unas tres horas, según New Atlas.
El HiFIRE 4 al que corresponde el vídeo es un planeador hipersónico propulsado inicialmente por un cohete del cual se separa al alcanzar el espacio, para continuar después el vuelo planeando de forma controlada durante su reentrada en la atmósfera. Este vuelo de prueba se ha realizado “con el fin de proporcionar conocimiento acerca de cómo volar un vehículo hipersónico a gran altitud.”
Aparte de esto no se han revelado más datos sobre el lanzamiento. Se sabe que un vehículo lanzado anteriormente por el equipo que desarrolla HiFIRE alcanzó Mach 7,5 (9.188 km/h) a una altitud de 278 km. El equipo de desarrollo del HiFIRE está formado por personal del grupo tecnológico de ciencia defensiva de Australia, de la fuerza aérea de EE UU, de la Universidad de Queensland y de Boeing y BAE Systems. HiFIRE corresponde a Hypersonic International Flight Research and Experimentation. El programa HiFire lleva en desarrollo desde 2006.
Par alcanzar tal velocidad a esa altura el vehículo HiFire va provisto de un motor scramjet, un estatorreactor de combustión supersónica. Se trata de un motor que requiere velocidad previa para funcionar ya que se basa en comprimir el aire con la presión generada por la velocidad y añadir combustible que se enciende por el calor. Por ese motivo un vehículo provisto de este motor requiere que la aeronave reciba un impulso inicial que la acelere hasta al menos Mach 1. Lo que se ve en el vídeo es el lanzamiento mediante cohetes, un paso previo a la entrada en funcionamiento de los motores scramjet que son los que impulsarían el vehículo hasta velocidades en torno a Mach 8.
Además de sus aplicaciones civiles y comerciales, el desarrollo de un vehículo hipersónico suscita un gran interés militar: “los misiles hipersónicos serían capaces de volar a velocidades que hasta ahora sólo se pueden alcanzar con vuelos suborbitales. Por tanto un misíl hipersónico que no entre desde el espacio tendría la capacidad de alcanzar su objetivo casi sin previo aviso y sorteando cualquier sistema antimisiles actual.”
Aunque la idea del motor scramjet tiene más de 100 años —la fecha de la primera patente, firmada por el francés René Lorin, es de 1913— y aunque un motor scramjet es relativamente simple porque carece de piezas móviles, la gran dificultad para su desarrollo se encuentra en el diseño aerodinámico y sobre todo en lograr los materiales adecuados. La mayoría de los materiales convencionales empieza a sufrir cambios a velocidad Mach 3 y para cuando se alcanza Mach 7 ya se ven notablemente afectados —llegan a desintegrarse— debido el calentamiento aerodinámico, al intenso calor producido por la fricción con el aire — el mismo proceso térmico que desintegra la mayoría de los meteoros que llegan a la Tierra y que pone al rojo vivo a los vehículos espaciales que vuelven a tierra desde el espacio.