El 11 de julio de 1979 el Skylab, la primera estación espacial estadounidense, terminaba sus días desintegrándose en la atmósfera terrestre, poniendo fin a una misión en la que la NASA había invertido millones de dólares.
Pero para el australiano Stan Thornton, que entonces, tenía 17 años, el fin de Skylab supuso el ingreso de 10.000 dólares de la época.
En los días anteriores a la reentrada del Skylab en la atmósfera algunos periódicos estadounidenses habían bromeado con la opción de que alguna empresa vendiera seguros Skylab para protegerse del impacto de sus restos. Pero el San Francisco Examiner fue un poco más allá y dijo que daría 10.000 dólares a la primera persona que se presentara en sus oficinas con una pieza del Skylab en las 72 horas siguientes a su fin.
El Skylab fotografiado por su última tripulación al partir de vuelta a casa
Y eso es exactamente lo que hico Stan. 24 piezas del laboratorio espacial cayeron sobre su casa y la finca en la que estaba esta, con lo que Stan, tras enterarse de lo de la «recompensa» del Examiner, se plantó en San Fancisco para cobrarlos.
Algunos relatos de la historia dicen que se plantó allí sin maleta ni pasaporte –hoy en día no le dejan entrar en el país ni de broma– y otros dicen que fue un hombre de negocios de Filadelfia el que le pagó el viaje a él, su novia y sus padres.
Pero lo que está claro es que a Stan le salió a cuenta la cosa. No tanto al San Francisco Examiner, que había hecho su oferta basándose en el hecho de que las predicciones decían que el Skylab no caería sobre los Estados Unidos.
(History.com vía Miguel López-Alegría).
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