Además de imágenes preciosas la sonda Juno de la NASA está enviando un montón de información a los científicos de la misión, que ya se van encontrando con algunas sorpresas, aún a pesar de que no está en la órbita prevista:
- La primera han sido las tormentas que hay en los polos del planeta. Del tamaño de nuestro planeta y pegadas unas a otras. Los científicos se preguntan si es una configuración estable, en cuyo caso cabría preguntarse por qué los dos polos son tan distintos, o bien si es una configuración cambiante y si estamos viendo fases distintas del mismo fenómeno.
- Las bandas de las atmósfera de Júpiter también parecen ser mucho más complejas de lo que a priori parecía. Los datos indican que la central va hasta el fondo de la atmósfera pero que las demás se convierten en otro tipo de estructuras a distintas profundidades.
- El contenido de amoníaco en las nubes es muy variable y aumenta con la profundidad, al menos hasta donde podemos ver con los instrumentos de Juno.
- El campo magnético de Júpiter es más fuerte de lo que los modelos sugerían, y eso que ya sabíamos por mediciones realizadas por otras sondas que es el más fuerte del sistema solar. Las mediciones de Juno indica que tiene unos 7.766 gauss, lo que lo hace unas diez veces más fuerte que el campo magnético más fuerte que puedas encontrar en la Tierra.
Como suele pasar cuando enviamos sondas espaciales, vamos con unas preguntas y volvemos con otras cuando los datos nos permiten ir refinando nuestras predicciones. Pero así es la ciencia. Afortunadamente así es la ciencia.
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