Una de las cosas que viajaba a bordo de la cápsula de carga Dragon SpX-11 es el Neutron star Interior Composition Explorer, o NICER, de Explorador de la Composición Interior de las Estrellas de Neutrones.
Se trata de un telescopio de rayos X que, montado en el exterior de la Estación Espacial Internacional, donde no tiene que pelearse con la atmósfera, estudiará las estrellas de neutrones. Está diseñado de tal forma que puede girar el inclinarse para no perder de vista la estrella en estudio en cada momento.
Nos permitirá medir el radio de las estrellas, lo que a su vez nos permitirá estimar la densidad de su núcleo y así entender –o aproximarnos– qué procesos tienen lugar en su interior.
Daniel Marín tiene una completísima descripción en NICER: un telescopio de rayos X para saber de qué están hechas las estrellas de neutrones.
Acompaña a NICER el experimento Station Explorer for X-ray Timing and Navigation Technology, o Sextant, de Explorador de la Estación para la Tecnología de Temporizado y Navegación de Rayos X.
Sextant intenta demostrar que es posible utilizar las señales de radio de los púlsares –extremadamente precisas– para navegación en lugar de estrellas normales. Un poco al estilo del GPS, que usa señales de radio que emiten los satélites del sistema. Esto tiene la ventaja de que no pueden generar confusión partículas de polvo en las proximidades de los seguidores de estrellas de la nave, reflejos del Sol en la estructura de la nave o en la de otras naves próximas.
El problema no está tanto en recibir las señales de los púlsares sino hacerlo con un equipo lo suficientemente compacto, algo que Sextant quiere demostrar.