Crotone en el infrarrojo, imagen en la que la vegetación destaca claramente en falso color rojo
Apenas había pasado una semana de su lanzamiento cuando el satélite medioambiental Sentinel-2B de la Agencia Espacial Europea estaba ya capturando sus primeras imágenes y enviándolas a tierra, aunque le quedan aún unos tres meses de pruebas antes de ser declarado plenamente operativo.
Su instrumento principal, el Multi Spectral Imager o MSI, está diseñado para obtener imágenes de alta resolución de la Tierra en el espectro visible y en el infrarrojo cercano en un total de 13 bandas.
Con ellas de generan mapas sobre el uso de la tierra, con especial énfasis en su cubierta vegetal, lo que permite ver cosas como la cantidad de vegetación que hay en una zona determinada, y el contenido en clorofila y agua de ésta y también si la cantidad de superficie cubierta por vegetación aumenta o disminuye, aunque también sirven para ver cosas como la polución en lagos y aguas costeras y la evolución de inundaciones y erupciones volcánicas y así coordinar mejor las tareas de ayuda posteriores.
Cuando el Sentinel-2B sea declarado operativo ofrecerá cobertura completa de la Tierra cada cinco días en las latitudes más altas y cada tres días en las medias y más bajas trabajando en conjunto con el Sentinel-2A; cuando estén en activo también los Sentinel-2C y 2D este tiempo de revisita será aún más corto.
La información que generan se integra en el programa Copérnico, también conocido como Global Monitoring for Environment and Security o GMES, del inglés Monitorización Global para el Entorno y la Seguridad, información que es de acceso público.
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