Según un estudio experimental, el trastorno obsesivo-compulsivo (OCD) podría estar causado por la incapacidad de algunas personas para aprender entre situaciones seguras y situaciones de riesgo. Ejemplos típicos de OCD son «rituales» como comprobar varias veces si el gas está cerrado antes de salir de casa, abrir y cerrar puertas o lavarse continuamente las manos por miedo a los gérmenes. Algunas personas dedican horas y horas diarias a estos rituales, lo que hace que prácticamente no puedan salir de casa y llevar una vida normal.
En un experimento con diferentes sujetos se mostraba una película con la cara de una persona a la que inicialmente se aplicaban descargas eléctricas al pulsar un botón. Pero luego aunque se pulsaba el botón no sucedía nada. Las personas con trastorno seguían «asustadas» ante el posible efecto doloroso, mientras que una persona normal aprendía rápidamente que nada iba a suceder ya y se mostraba más tranquila.
Midiendo la actividad en ciertas áreas del cerebro los investigadores vieron que en las personas con OCD había menos actividad en la zona del cerebro que lanza avisos sobre la seguridad de una situación y que predice las recompensas. Esto explicaría por qué la mayor parte de los OCD tienen que ver con el miedo a que algo pueda ir mal si no se realiza el «ritual» correctamente. [Fuente: New Scientist.]
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El OCD y la incapacidad de detectar situaciones de verdadero peligro
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