Esta fotografía de Anna Pozharskaya (y otras más que se pueden ver en The Siberian Times) está tomada en la bahía de Ussuri, en Rusia, cerca de Vladivostok.
Durante años la zona fue utilizada como vertedero para botellas y vidrios desechados, usado a modo de contenedor verde, gigante y con poco de contenedor. El oleaje del océano se ha encargado de dar forma y de suavizar los trozos de vidrio —que ya no cortan; se pueden coger y caminar sobre ellos— y convertirlos en parte de un paisaje espectacular.
A diferencia de lo que sucede con plástico (y el enorme problema que supone tirar plásticos y que llegue al mar) el vidrio es básicamente un material cerámico que se encuentra en la naturaleza (aparte del que se fabrica). De modo que puedes disfrutar de las fotografías sin dolor de conciencia.
Fotografía: Anna Pozharskaya / The Siberian Times.
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La particular playa de los vidrios rotos de España es conocida como “la playa de los cristales”. Se trata de la cala del Bigaral, en la costa del Cabo Peñes, en Asturias.
Su origien es parecido,
La cala fue utilizada durante decenios como vertedero de residuos entre los que abundaban las botellas de vidrio. Con el tiempo se pudo eliminar el vertedero de la playa; sin embargo la acción del mar había roto las botellas y el vidrio terminó formando una playa en la que la arena ha sido sustituida por cuentas de cristal pulidas y redondeadas. Lo que no deja de ser una ironía de la naturaleza, ya que el cristal se hace a partir del dióxido de silicio (SiO2) que es el componente básico de la arena.
¡Gracias, César!