Juno con su motor en primer plano
El pasado 11 de diciembre la sonda Juno de la NASA pasaba por su tercer perijove, la parte más cercana a Júpiter de su órbita, en el que llegó a acercarse a un mínimo de 4.150 kilómetros de la parte superior de las nubes que lo cubren.
Ocho de sus nueve instrumentos estaban encendidos y recogiendo datos; sólo el Jovian Infrared Auroral Mapper, un espectrómetro diseñado para estudiar las capas superiores de la atmósfera del planeta, estaba apagado, ya que está pendiente de recibir una actualización de software. La NASA espera que para el próximo perijove, que ocurrirá el 2 de febrero de 2017, el Jiram ya esté en funcionamiento.
Las nubes de Júpiter captadas por la Junocam durante el tercer perijove de la misión – Imagen procesada por Eric Jorgensen
Pero, una vez más, no se han decidido a poner en marcha el motor principal de la sonda que tendría que modificar su órbita actual, de 53 días y medio, que la lleva a una distancia máxima de 8 millones de kilómetros del planeta, para convertirla en una órbita de de 5000×1,9 millones de kilómetros y 14 días.
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